El #PVEM y sus frentes
La pregunta fue sencilla y la respuesta desconsoladora,
¿Se atrevería el INE a quitarle el registro al autonombrado Partido Verde? Mi
amigo, un prominente abogado y entusiasta de la petición para anular el
registro me contestó con un rotundo –aunque obvio- no.
Ya habíamos superado el debate sobre la gravedad y la
sistematicidad de las violaciones de la ley por parte del Verde; luego de la
resolución del Tribunal que considera grave la proyección de los cineminutos, no tuve más que agregar. Con
intenciones genuinamente intelectuales y democráticas, algunas mentes
brillantes de nuestro país han considerado que quitar el registro al Verde por
la vía administrativa sería una decisión sin precedente en el mundo y quizá un
exceso. Sin embargo, en cualquier democracia que se precie de serlo, la
aplicación de la ley es un principio básico para delimitar, no solo el
comportamiento de los ciudadanos, sino de quienes ostentan el poder y quienes
aspiran a obtenerlo.
Al margen de esas mentes brillantes preocupadas por la
severidad de un castigo como la pérdida del registro, existen otras (menos
brillantes y posiblemente muy perversas) que, sin hacerlo público, se opondrían
a que el Verde perdiera su registro. Este grupo de personas es el que vuelve
obvia la respuesta sobre la viabilidad de que el INE decidiera quitar el
registro a ese partido; como ya lo adelantaba hoy Jorge Castañeda en su
artículo en Milenio, se trata de conductores y empresarios de televisión,
actores, actrices, funcionarios públicos, políticos de todos los niveles,
consejeros electorales y por supuesto quienes encabezan al PRI, partido que por
años ha sido el hermano mayor y fortachón del Verde.
La red de influencias que el Verde ha tejido se extiende a
todos ámbitos de toma de decisiones. Para comenzar por lo más obvio, basta con
echar observar el pasado y presente de sus legisladores, la mayoría de ellos
parte de la llamada “telebancada”. Entre los diputados federales de la LXII
legislatura, el Verde cuenta con Federico José González Luna Bueno, quien
fungió como asesor jurídico de la Cámara de la Industria de la Radio y la
Televisión (CIRT); Mónica García de la Fuente, ex asesora jurídica de Televisa;
Antonio Cuellar Steffan, quien en el pasado fungió como Director Jurídico de
Televisa; y Ximena Cantú Martel ex colaboradora en la CIRT. Del lado de los
senadores se encuentran Juan Gerardo Flores Ramírez, quien fungió como asesor
de Televisa; Luis Armando Melgar, que en su curriculum
cuenta con haber sido Presidente de Fundación Azteca; Carlos Puente, otrora Director
de Enlace y Atención Gubernamental de TV Azteca; y por supuesto, la cereza en
el pastel, Ninfa Salinas, hija de Ricardo Salinas Pliego, dueño de TV Azteca. A
estos ilustres legisladores habría que sumar a Pablo Escudero Morales, yerno de
Manlio Fabio Beltrones.
Adicionalmente se encuentran los conductores de televisión
como Andrea Legarreta, Galilea Montijo y Raúl Araiza, así como la cantante
Maite Perroni, quienes se han visto beneficiados económicamente con la promoción
del partido en los famosos cineminutos
y en espectaculares. Mención aparte merecen la cantante y actriz Anahí, futura
esposa del gobernador de Chiapas, así como el Director Técnico de la Selección
Mexicana de Futbol, Miguel “El Piojo” Herrera, quien realizó spots de promoción turística en ese
mismo estado. Con esto no quiero decir que quienes actúan por cuenta del Verde
tengan influencias directas para impedir su registro, pero sí son capaces de
activar en cualquier momento campañas mediáticas para generar ruido y confusión
entre la población.
Volviendo al terreno de la política electoral, aunque el
Verde no tiene la fuerza política suficiente para definir a los consejeros del
Instituto Nacional Electoral (INE), sí convalidó la propuesta de nombramientos
que, bajo el muy dañino sistema de cuotas, otorga a al PRI hasta cinco
posiciones dentro del Consejo. Esta relación de fuerzas al interior del INE
hace casi imposible que siquiera se plantee la discusión de la pérdida del
registro.
El Verde parece tener todos los frentes cubiertos, lo que en
la práctica se traduce en una licencia para pisotear la ley electoral, siempre
y cuando se traduzca en un incremento en la votación, y por ende en recursos
públicos que se le asignen posteriormente. Para nadie es un secreto que el
Verde se ha comportado siempre como un negocio, al parecer, violar la ley es
parte de sus estrategias de mercado; a manera de inversión grave y
sistemáticamente transgreden la ley electoral, toman el costo de las multas del
INE, pero con miras a maximizar sus ganancias en el largo plazo. Esto solo es
posible cuando no hay actores dispuestos a hacer cumplir la ley, y no hay
actores dispuestos cuando las redes de influencia se extienden entre poderes y
en todos los niveles.
El único frente que el Verde no tiene cubierto es el de la
ciudadanía informada, aquellos que queremos ver una democracia madura, en la
que los argumentos y las propuestas estén por encima de los kits escolares o las estrellas
televisivas vendiéndonos humo político. Por eso es valioso el esfuerzo que un
grupo de ciudadanos está realizando a través de una petición ciudadana para exigir
al INE que aplique la ley. Para como se vislumbra el actuar parcial del
Instituto, más el halo de protección con que cuenta el Verde en otros frentes,
lo más posible es que esas más de 130 mil firmas ciudadanas no sean suficiente
para que se discuta la cancelación del registro de ese partido, pero sin duda
serán una caja de resonancia necesaria contra las trapacerías electoreras que
el Verde viene cometiendo durante toda su historia.
*Gracias a Marcs por su ayuda con algunos datos en la corrección de mi terrible sintaxis.
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