Es complicado, quizás imposible, aún no está claro que sea así, lo cierto es que las condiciones actuales de la izquierda mexicana denotan que en el corto plazo, la creación de un Frente de Izquierda no sucederá.
La razón principal para este pesimismo es que un Frente Amplio de Izquierdas debería de comprender los siguientes atributos mínimos, mismos que difícilmente serían aceptables para personajes y organizaciones de izquierda o autoproclamadas como tal.
El Frente debería de agrupar a un número importante de organizaciones y corrientes de la izquierda ciudadana, social y partidista, en torno a un proyecto de país común, discutido suficientemente y que pretenda ser de largo plazo.
Las estrategias del Frente tendrían que enmarcarse dentro de la lucha político-electoral, desvinculándose de cualquier tentación del uso de la vía armada.
La organización del frente debe buscar la horizontalidad y la descentralización en la toma de decisiones y de la discusión política. Debe encontraste el mecanismo para que la creación de un órgano directivo no implique la lucha encarnizada de liderazgos, procurando la organización en un cuerpo o cuerpos colegiados conformados por éstos.
El Frente debe de dotarse de reglas que privilegien la transparencia y la rendición de cuentas, penando en todo momento las prácticas clientelares. Las reglas también deben de establecer candados para evitar que el Frente sea utilizado como medio para el enriquecimiento personal o de grupo.
Como acuerdo también fundamental, los liderazgos más reconocidos y visibles del Frente deben renunciar a la promoción política de su persona, poniendo en primer y último lugar la promoción del proyecto de país.
También, las corrientes al interior del Frente deberían renunciar a la promoción política de su corriente, poniendo en primer lugar la promoción del proyecto de país.
Así como su proyecto de país, los objetivos del Frente deben de ser de largo plazo, sería un suicidio apostar todo a la consecución de la presidencia de la República, el Frente debe ir ocupando los mayores espacios de poder posibles y aprovecharlos para encaminar su acción política hacia el proyecto de país.
Me parece que estas serían las condiciones mínimas para formar un Frente Amplio de Izquierdas en México. Como es claro, muchos grupos y personajes de las izquierdas podrían no estar dispuestos a ceder en alguno de los puntos anteriores, o sus propias prácticas políticas los descartarían de facto para ser parte efectiva del Frente.
Pese a lo complicado que parece la creación del Frente, dadas las condiciones actuales y la pobreza imaginativa de la izquierda partidista, considero que la formación de un Frente es la única posibilidad para que la izquierda tenga en 10 años espacios de poder para la toma de decisiones, de lo contrario estaremos entregando la totalidad del poder político al bipartidismo tan anhelado del PRI y PAN, relegando a la izquierda al espacio de la lucha social donde difícilmente tendrá injerencia ante la fuerza que podrían encarnar los poderes fácticos aliados ante el bipartidismo.
La razón principal para este pesimismo es que un Frente Amplio de Izquierdas debería de comprender los siguientes atributos mínimos, mismos que difícilmente serían aceptables para personajes y organizaciones de izquierda o autoproclamadas como tal.
El Frente debería de agrupar a un número importante de organizaciones y corrientes de la izquierda ciudadana, social y partidista, en torno a un proyecto de país común, discutido suficientemente y que pretenda ser de largo plazo.
Las estrategias del Frente tendrían que enmarcarse dentro de la lucha político-electoral, desvinculándose de cualquier tentación del uso de la vía armada.
La organización del frente debe buscar la horizontalidad y la descentralización en la toma de decisiones y de la discusión política. Debe encontraste el mecanismo para que la creación de un órgano directivo no implique la lucha encarnizada de liderazgos, procurando la organización en un cuerpo o cuerpos colegiados conformados por éstos.
El Frente debe de dotarse de reglas que privilegien la transparencia y la rendición de cuentas, penando en todo momento las prácticas clientelares. Las reglas también deben de establecer candados para evitar que el Frente sea utilizado como medio para el enriquecimiento personal o de grupo.
Como acuerdo también fundamental, los liderazgos más reconocidos y visibles del Frente deben renunciar a la promoción política de su persona, poniendo en primer y último lugar la promoción del proyecto de país.
También, las corrientes al interior del Frente deberían renunciar a la promoción política de su corriente, poniendo en primer lugar la promoción del proyecto de país.
Así como su proyecto de país, los objetivos del Frente deben de ser de largo plazo, sería un suicidio apostar todo a la consecución de la presidencia de la República, el Frente debe ir ocupando los mayores espacios de poder posibles y aprovecharlos para encaminar su acción política hacia el proyecto de país.
Me parece que estas serían las condiciones mínimas para formar un Frente Amplio de Izquierdas en México. Como es claro, muchos grupos y personajes de las izquierdas podrían no estar dispuestos a ceder en alguno de los puntos anteriores, o sus propias prácticas políticas los descartarían de facto para ser parte efectiva del Frente.
Pese a lo complicado que parece la creación del Frente, dadas las condiciones actuales y la pobreza imaginativa de la izquierda partidista, considero que la formación de un Frente es la única posibilidad para que la izquierda tenga en 10 años espacios de poder para la toma de decisiones, de lo contrario estaremos entregando la totalidad del poder político al bipartidismo tan anhelado del PRI y PAN, relegando a la izquierda al espacio de la lucha social donde difícilmente tendrá injerencia ante la fuerza que podrían encarnar los poderes fácticos aliados ante el bipartidismo.
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