Sé perfectamente el día en que tomé conciencia de que además de mexicano soy fundamentalmente latinoamericano, fue en un tren que viajaba de Salamanca a Barcelona. En la estación de Vigo el tren se detuvo y el asiento de al lado fue ocupado por un hombre joven, unos cuantos años más grande que yo, un chef, después me enteraría.
Pidió permiso para sentarse en un acento que me resultó conocido y menos chocante que el español. En una parada posterior, el tren frenó de súbito y la maleta de aquel hombre casi me golpea la cabeza, ese fue el momento en que comenzamos a conversar, él era argentino y había notado que yo tampoco era español pero no atinaba a dar con mi nacionalidad pues mi acompañante y yo no usabamos "esas palabras que ustedes usan" dijo, o sea güey, chingá, chale, chido, etc.
Me dijo que era chef, que era argentino, hincha de River y anti-Menem, lo que provocó que hiciéramos click de inmediato a pesar de mi preferencia por Boca. Por aquellos días acababa de ocurrir la crisis argentina y el "que se vayan todos", así que política era el tema que elegimos para matar el largo trayecto hasta Barcelona, además de que yo no tenía mucho interés en conversar con mi acompañante.
Hablamos de Fox, de los tantos presidentes que la Argentina tuvo en una semana, de como la región parecía enmarañada en si misma, de como el escenario era muy sombrío, y fue entonces que me dijo algo que me marcó "no hay esperanza para Latinoamérica"; desde entonces yo ya era de los que van tras la utopía, me negué a creerlo, le dijo que era probable que al final todo seguiría igual, pero que habría que hacer algo, y de paso dije que Lula pudiera ser la única esperanza para la región.
Y Lula lo ha sido y lo es, es el único presidente latinoamericano con logros tan evidentes, logros obtenidos desde el respeto a la libertad y en un marco de democracia. Y con Lula me refiero no sólo a la persona, sino lo que Lula representa. Lula es un cambio en el paradigma, Lula es "hacer las cosas a lo brasileiro", encontrar soluciones del tamaño de los problemas sin aplicar a raja tabla modelos exógenos.
No me cabe duda de que la era Lula marcará a Brasil y ojalá a Latinoamérica para siempre, en cien años Brasil será una gran potencia y al mirar atrás se podrá ver que todo es por la simiente que sembró Lula y que comenzó a florecer rápidamente.
Espero que este nuevo efecto samba contagie a la región, espero México vea lo que un país con un potencial similar logró hacer cuando se atrevió a pensar diferente, nada sería mejor para la región que contar con dos o tres países que den dinamismo a la economía latinoamericana y que sirvan de elementos cohesionadores para conseguir una integración regional con equidad, libertad y democracia que le de más y más esperanza a Latinoamérica.
1 comentario:
gostei!
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